El aumento en los precios de las materias primas es lo habitual dentro de un ciclo maduro

Una de las características más importantes del análisis entre mercados es la rotación que normalmente tiene lugar entre los bonos, las acciones y las materias primas en los principales puntos de inflexión del ciclo económico. Esa rotación entre las tres clases de activos es especialmente relevante para la situación global actual.

Los giros importantes en los flujos monetarios generalmente comienzan en el mercado de bonos, que alcanza su punto máximo primero. El aumento de los rendimientos de la renta fija (caída de sus precios) finalmente provocan que las acciones alcancen su punto máximo. El factor principal que impulsa los rendimientos de la renta fija al alza es un fuerte aumento en los mercados de materias primas, y en particular del petróleo, lo que hace que los bancos centrales comiencen a subir los tipos para frenar la espiral inflacionaria. En ese momento, los precios de las materias primas se convierten en la clase de activo más sólida y justo ahí es donde parecemos estar en el entorno actual.

La siguiente gráfica muestra los bonos (línea verde), las acciones (línea negra) y las materias primas (línea marrón) siguiendo el guion de rotación normal y en el orden correcto, comenzando con los bonos.

La línea verde muestra que los precios de los bonos del Tesoro estadounidense alcanzaron su punto máximo durante 2020 y disminuyeron desde entonces. El pico de 2020 en los precios de los bonos coincidió con un inicio del fuerte repunte en las materias primas, lo que también forma parte del proceso de rotación.

Las acciones normalmente alcanzan su punto máximo a continuación de los bonos, tal y como expliqué detalladamente aquí. La línea negra muestra que, el S&P 500, alcanzó su punto máximo a principios de este año y dada la situación actual de los flujos monetarios cada vez es más probable que los mercados de valores hayan alcanzado sus máximos para este ciclo.

El fuerte aumento de los precios de las materias primas es algo bastante habitual en momentos de un ciclo maduro y con recalentamiento económico, lo que obliga a la FED a comenzar a aumentar las tasas de interés para combatir esa espiral inflacionaria. Eso normalmente hace que la economía se desacelere, lo que generalmente conduce a una recesión.

A juzgar por los gráficos de precios de las materias primas que se encuentran en claras trayectorias alcistas, es probable que las presiones inflacionistas duren más tiempo antes de remitir. Es probable que el aumento de los precios de las materias primas ante una economía en desaceleración conduzca a una estanflación. La estanflación ocurre cuando una economía en desaceleración coincide con una inflación creciente. Esa combinación es buena para los comerciantes de materias primas y sus sectores más dependientes, pero mala para el resto de las acciones.

Esta circunstancia, también pone a los bancos centrales en una posición muy difícil (aunque ellos mismos la han buscado con sus políticas de los últimos años). Tienen que subir los tipos para combatir la inflación. Sin embargo, es probable que el aumento de tipos empuje a la economía a la recesión.

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