Bernanke: Un bombero al rescate

Mientras el bosque europeo volvía a arder tras el desaguisado electoral en Italia, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, calmó los ánimos entre los inversores patrios. El bombero del banco central de Estados Unidos hizo de cortafuegos sólo un día después de que Wall Street sufriera su peor jornada desde comienzos de año.

Sin embargo, durante su comparecencia semianual ante el Comité Bancario del Senado, el guardián de la Fed lanzó una paloma al vuelo y dejó claro que, hasta la fecha, la respiración asistida en forma de compra de deuda hipotecaria y bonos del Tesoro ha generado “más beneficios que riesgos”.

“Hasta este momento no vemos que los costes potenciales de un incremento del riesgo en algunos mercados financieros estén superando los beneficios de promover una recuperación económica más fuerte y una creación de empleo más rápida”, dijo Bernanke a los senadores. De esta forma, el funcionario de la Fed daba a entender que el banco central no tiene intención alguna de desenchufar su flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés), que inyecta al mercado cerca de 85.000 millones de dólares al mes.

“La política monetaria está dando un apoyo importante a la recuperación mientras mantiene la inflación del objetivo de la Fed del 2%”, reiteró el economista, quiénmantendrá el dinero barato, por lo menos, hasta que la tasa de paro en EEUU recupere niveles previos a la crisis, es decir, en torno al 6,5%. Dicho esto, los funcionarios no han dado señal alguna sobre cuándo comenzarán a retirar su última ronda de estímulos.

Antes de su aparición en el Capitolio, los inversores y expertos estadounidenses sólo contaban con las actas de la última reunión del Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal (FOMC) como brújula para determinar los planes del banco central sobre el bombeo de oxígeno a la economía. De hecho, la creciente intranquilidad de los miembros con derecho a voto de dicho comité, que dijeron estar preocupados por la posible inestabilidad financiera que podría alentar la continuidad del QE3, desató las alarmas en los mentideros de la Calle del Muro.

Aún así, Bernanke, quién no se avergonzó de ser una paloma entre halcones y sacó pecho al considerar que su historial de inflación ha sido el mejor registrado por la Fed desde la II Guerra Mundial, enfrentó el aluvión de preguntas de los legisladores con un mensaje claro. La Reserva Federal se toma “muy en serio” las posibles consecuencias de las medidas excepcionales emprendidas por él y su equipo desde que el país sufriera en 2009 la peor recesión desde la Gran Depresión. Al fin y al cabo, la hoja de cuentas del banco central engorda hasta máximos históricos y alcanza ya los 3,07 billones de dólares.

¿Listos para finales de año?

La cifra no sólo preocupa a los expertos, sino también a los propios inquilinos de la Fed, como demostraron las actas de su última reunión. De todas formas, Bernanke advirtió al Comité Bancario del Senado, que el banco central dará las señales necesarias y ofrecerá tiempo al mercado cuando decida comenzar a retirar su QE, que implicará la venta de bonos hipotecarios y del Tesoro, o dejar madurar algunos de ellos. Aclaró que “se mantiene confiado en que tiene las herramientas necesarias para endurecer su política monetaria cuando llegue el momento de hacerlo”.

El consenso del mercado apuesta porque Bernanke y sus chicos comenzarán a desactivar su QE3 en la segunda mitad del año, probablemente durante el último trimestre o los primeros compases de 2014. Aún así, el recorte automático de gasto que entrará en vigor el viernes podría cambiar los planes de la Fed. Su presidente pidió a los legisladores que acaben con el secuestro e impongan un recorte de gasto gradual y coordinado.

La compra de activos hipotecarios ha ayudado a mantener los tipos de interés sobre las hipotecas a niveles muy bajos, algo que ha estimulado al sector inmobiliario del país, uno de los pilares sobre el que se sustenta la primera economía del planeta. Según los datos del índice S&P Case Shiller, que mide la evolución del precio de la vivienda en los 20 principales núcleos urbanos del país, el coste de las casas registró en 2012 una subida del 6,8%, su mejor marca desde 2006 y presenció aumentos en 19 de las 20 mayores ciudades de EEUU.

Recordemos que si los precios de la vivienda suben, los propietarios consideran que su poder adquisitivo es mayor y eso suele tener un impacto positivo en el consumo. De hecho, la Confianza del Consumidor subía hasta los 69,9 puntos en febrero, un signo que demuestra que los ciudadanos ya se acostumbran a la subida de impuestos sobre la nómina.

En esta misma línea conocimos como las ventas de casas nuevas subieron en enero un 15,6% a una tasa anual desestacionalizada de 437.000 unidades, su mayor nivel en cuatro años y medio mientras la oferta de viviendas en el mercado fue la menor desde marzo del 2005.

Con el optimismo sobre la mesa, Bernanke, al ser preguntado por la contracción registrada durante el último trimestre de 2012, tachó de anecdótica la cifra, ya que estuvo fomentada por factores momentáneos. Precisamente, esta semana se dará a conocer la segunda revisión del PIB del último trimestre del año pasado, que podría ser revisado al alza si tenemos en cuenta los datos más recientes de la balanza comercial norteamericana.

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