Según datos oficiales, la marca blanca está experimentando un crecimiento significativo en un entorno marcado por la inflación, y ahora representa el 38% del total de las ventas de bienes de consumo en Europa, lo que equivale a 229.000 millones de euros.
El análisis realizado por expertos, que abarca Francia, Italia, Alemania, España, Reino Unido y Países Bajos, se ha observado un “crecimiento notable” de la marca blanca en estos seis mercados.
La evolución de la marca blanca en el mercado
La penetración de la marca blanca es más alta en España, alcanzando el 47%, seguida de cerca por Alemania con un 41%. Por otro lado, el Reino Unido presenta la penetración más baja, con un 37%.
Los consumidores que buscan oportunidades inteligentes en sus compras diarias para contrarrestar el impacto de los incrementos de precios están optando por las marcas blancas como una opción para obtener precios más competitivos sin sacrificar calidad y valor.
Según los expertos, las marcas blancas han recorrido un largo camino desde su introducción en los estantes hace 40 años. En la actualidad, ya no se considera simplemente una alternativa “barata”. Los compradores las eligen porque ofrecen algo nuevo y de alta calidad, lo que ha llevado a un cambio en la percepción de estas marcas.
En una encuesta realizada, se encontró que un 60% de los consumidores afirmaron que las marcas blancas son iguales de buenas que las marcas de fabricantes en términos de innovación, calidad, sostenibilidad y reputación, entre otros aspectos.
Esto refleja un cambio significativo en la percepción de las marcas blancas, ya que los consumidores las consideran cada vez más a la par con las marcas tradicionales en diversos aspectos importantes.
En un entorno marcado por la inflación, se ha registrado una ampliación de las marcas blancas en productos alimenticios refrigerados, frescos y temperatura ambiente. Por otro lado, en las categorías no alimentarias, las marcas blancas han experimentado una mayor presencia en el sector del cuidado del hogar, especialmente en productos de primera necesidad, como ropa y artículos de higiene.
Esta tendencia indica que los consumidores están recurriendo a las marcas blancas en busca de opciones más asequibles en estas áreas específicas. Tal y como indica el informe, los consumidores que optan por marcas blancas buscan lograr un equilibrio entre el precio (el 78% busca activamente los precios más bajos) y la calidad (el 72% presta atención a las etiquetas de los productos y el 63% verifica las afirmaciones de los productos) en cada una de sus compras.
Esto demuestra que los compradores de marcas blancas son conscientes de la importancia de obtener un buen valor por su dinero y están dispuestos a investigar y comparar antes de realizar sus elecciones de compra.