A medida que se acerca marzo, la nómina correspondiente al mes de febrero puede traer una sorpresa agradable que podría ayudar a aliviar la difícil situación económica que muchos han experimentado desde enero. Esta sorpresa será especialmente beneficiosa para aquellos que percibieron salarios más bajos, ya que notarán un aumento en sus ingresos.
De esta manera, muchos trabajadores notarán un aumento en sus salarios, especialmente aquellos que ganarán menos de 35.200 euros al año. Esto se debe a cambios en las normas que determinan el tipo de retención de IRPF, es decir, los cálculos que se realizan para determinar la cantidad que cada ciudadano debe pagar en la declaración de la renta del año siguiente. Con esta modificación, se pretende que los tipos de retención sean aún más ajustados a los tipos efectivos, es decir, a los impuestos reales que cada contribuyente debe pagar.
Cómo será el aumento de las nóminas
La modificación técnica de las normas de retención de IRPF implica una ampliación de las cuantías a las que se aplican las retenciones del trabajo, pasando de 22.000 a 35.200 euros anuales. Esto supone una reducción de las retenciones para aquellos que cobran menos de 35.200 euros, pero no implica una rebaja fiscal en términos generales.
En consecuencia, este cambio no implica un aumento ni una disminución de la carga fiscal para los contribuyentes, ya que la adicional en la nómina mensual se verá reflejada con una disminución en lo que respecta a la devolución de la renta.
No obstante, una ventaja de estas nuevas normas es que los trabajadores podrán disponer de su dinero con antelación, sin tener que esperar a que Hacienda les devuelva. Sin embargo, para aquellos que deban pagar impuestos en lugar de recibir una devolución, este cambio puede resultar negativo, ya que deberá abonar una mayor.
El propósito de este límite es evitar que se hagan retenciones excesivas en el IRPF que puedan perjudicar la economía personal. En ocasiones, la aplicación de la escala del impuesto y de los mínimos exentos de retención puede generar retenciones elevadas que no se ajustan a la obligación real de contribuir.
Qué pasará con las nóminas inferiores a 21.000 euros
El Gobierno ha ampliado la reducción actual sobre rendimientos del trabajo para quienes cobran menos de 21.000 euros, lo que supone una rebaja tributaria en la declaración de la renta. Anteriormente, la reducción se aplicaba a rentas brutas de hasta 18.000 euros, pero ahora se ha elevado a 3.000 euros.
Las reducciones tributarias se aplican de forma progresiva por tramos, lo que significa que las personas con rentas más bajas obtuvieron mayores beneficios en proporción que las de rentas más altas.
Nóminas inferiores a 15.000 euros
El salario bruto anual mínimo obligado a presentar en la declaración de la renta es de 14.000 a 15.000 euros, lo que significa que aquellos que ganen menos de esa cantidad no tendrán que hacer la declaración. Además, el salario mínimo interprofesional ha aumentado de 1.000 a 1.080 euros mensuales para el año 2023, lo que se traduce en un crecimiento de la nómina para aquellos que lo cobren. En cuanto a las reducciones sobre rendimientos del trabajo, estas se aplican por tramos y benefician proporcionalmente más a quienes tienen rentas más bajas.
