Las small caps están en boca de todos este verano. Después de varios años en la sombra, las acciones de pequeña capitalización han empezado a moverse con fuerza en 2025 y muchos se preguntan si estamos ante una oportunidad real o si es solo otra burbuja que explotará más pronto que tarde. Vamos a poner los datos sobre la mesa para entender lo que está pasando, sin tecnicismos y con un enfoque práctico para ti, que quieres saber dónde están las claves.
Por qué las small caps están bajo la lupa
Durante los últimos años, el dinero se fue casi por completo hacia las grandes compañías. Las tecnológicas, la inteligencia artificial y los gigantes del sector financiero acapararon el protagonismo, mientras que las empresas pequeñas quedaban rezagadas. Pero el escenario ha empezado a cambiar. Hoy, muchas small caps cotizan con un descuento cercano al 40 % frente a las grandes, cuando históricamente esa diferencia rondaba apenas el 5 %.
El rebote de estas compañías viene de varios factores. Por un lado, la expectativa de que los tipos de interés empiecen a bajar en los próximos meses favorece a las empresas pequeñas, que suelen tener más deuda flotante y dependen más del crédito bancario. Por otro lado, los inversores buscan oportunidades fuera de los sectores saturados y encuentran valor en compañías que habían quedado olvidadas.
En España, el índice de small caps ha subido cerca de un 26 % en lo que va de 2025, superando al Ibex 35, que avanza un 20 %. Firmas como DIA, Amper o Gestamp han registrado movimientos sorprendentes, con revalorizaciones muy por encima de la media. Sin embargo, esta subida también genera la duda de si hay demasiada euforia y si parte de estas empresas realmente justifican los precios actuales.
Oportunidad o burbuja: qué debes tener en cuenta
Hablar de burbuja es delicado. Una burbuja clásica suele inflarse con expectativas irreales y mucho dinero especulativo, algo que por ahora no se ve con tanta claridad en las small caps. Más bien estamos ante un efecto rebote después de años de infravaloración, combinado con las ganas del mercado de encontrar alternativas a las grandes acciones que ya han tocado techo en valoración.
Aun así, no todas las small caps son iguales. Algunas presentan balances sólidos, crecimiento estable y planes de expansión claros, mientras que otras dependen de financiación constante y de un entorno económico favorable para sobrevivir. Aquí es donde un inversor debe ser selectivo, porque no todas las empresas van a aprovechar este impulso.
Si lo resumimos de manera simple:
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Small caps con fundamentos sólidos: pueden seguir revalorizándose si la economía acompaña y los tipos bajan.
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Small caps débiles o especulativas: pueden caer rápido si el mercado se enfría o llega una corrección.
Este 2025, más que nunca, la clave está en la calidad. Los analistas esperan que las small caps sigan siendo volátiles, pero en términos de valoración histórica todavía tienen margen de recuperación si la rotación hacia este segmento continúa. No es una burbuja generalizada, pero sí un terreno donde los movimientos pueden ser bruscos en ambas direcciones.
Las small caps viven su mejor momento en años, con rentabilidades que están superando a los grandes índices y una brecha de valoración que invita a pensar en potencial. No obstante, el riesgo sigue ahí. Si decides mirar este segmento, hazlo con una estrategia clara, seleccionando bien y sin dejarte llevar solo por la subida reciente.