Para la zona euro, el oro ya está en máximos históricos

Como ya sabéis, el oro, al igual que todas las materias primas, centra su cotización en dólares, lo cual significa que para los residentes en la zona euro a la hora de invertir en este tipo de activos nos afectan dos cosas:

1.-Precio de cotización en ese momento de la materia prima.

2.- Precio de intercambio Euro/Dólar.

Esto es algo sencillo de entender y que puede marcar la diferencia si sabemos gestionarlo de forma eficiente.

Como siempre, la forma más sencilla de entender estos conceptos pasa por la visualización de gráficos. Veamos en primer lugar la cotización del oro sin tener en cuenta la divisa, es decir, el gráfico real de su cotización en dólares.

Como vemos, el oro en su cotización en dólares todavía dista un 10% de sus máximos históricos. Es decir, imaginemos que un inversor norteamericano (lo llamaremos Peter) cuya vida se basa en el dólar, tiene todo su patrimonio en oro (estoy exagerando las cosas para que lo entendáis). A día de hoy, el patrimonio de Peter sería inferior al que tuviera en septiembre de 2011, justo cuando el oro alcanzó sus máximos, puesto que el activo que acapara todo su patrimonio ahora mismo tiene menos valor.

Pero, ¿y si hablamos de un inversor europeo (lo llamaremos Pepe) cuya vida gira en torno al euro? Su nivel patrimonial no se verá afectado únicamente por la fluctuación del oro tal y como pasa con su amigo americano, entra en juego la segunda variable, que es la cotización del euro frente al dólar.

Si añadimos esta segunda variable al gráfico, el resultado es el siguiente:

Vemos como a diferencia de Peter, ¡Pepe ya ve como su patrimonio es superior al que tenía en septiembre del año pasado! Esto sucede por lo que comento, el cambio divisa ha favorecido la inversión en dólares, lo cual deriva en una ganancia extra para nuestro amigo Pepe.

Ya sabéis que a medio/largo plazo sigo siendo optimista en el metal dorado (ver más aquí), pero me gustaría aprovechar esta entrada para hacer un aviso a navegantes.

Probablemente la cotización siga siendo alcista en las próximas semanas/meses lo que favorecerá a todos aquellos que apuestan firmemente por el metal dorado, pero ojo con lo que hacemos. Debemos de pensar que tarde o temprano la fiesta en el oro se va a terminar, esto es algo que sucede en todos los activos por firmes que parezcan a lo largo del tiempo.

Si invertimos en activos que lo repliquen de forma líquida (futuros, ETFs, etc.), no deberíamos tener problemas para deshacernos de él una vez se dibuje una fase de techo y el precio empiece a perder soportes. Esta opción de inversión nos permitirá salir de forma airosa de nuestra inversión.

Sin embargo, si optamos por una forma de inversión alternativa como podría ser la de guardar lingotes de oro de forma física, el día que la cotización empiece a ceder podríamos encontrarnos con la desagradable sorpresa de que la facilidad que existe ahora mismo con la compra/venta física de oro se ahogue por el exceso de vendedores y la ausencia de compradores interesados en un activo que por unas razones u otras dejará de tener tan “buena fama”, dejándonos con dificultades a la hora de deshacernos de nuestro oro, suponiendo minusvalías mientras le damos salida.

Sé que este tipo de entradas disgustan a todos aquellos que ahora mismo están haciendo grandes sumas de dinero con este negocio (casas de compra/venta, etc.), pero me siento en la obligación moral de advertir de este tipo de situaciones a los inversores que una vez tras otra cometen este tipo de errores de infausto recuerdo en otro tipo de activos.

Así pues, oro sí, pero siendo responsables con lo que hacemos. Siempre debemos utilizar activos que nos permitan deshacer la posición con facilidad cuando la música deje de sonar.

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