Los inversores están muy apalancados, ¿una señal de alerta?

Esta tarde, el amigo Chris Kimble de kimblechartingsolutions.com me ha hecho llegar un interesante gráfico de Doug Short (otro gran estudioso de los mercados), en el que se nos muestra cómo hay veces, a lo largo de la historia, en las que los inversores se sienten tan seguros sobre un futuro positivo en las bolsas de valores que consumen absolutamente todo su efectivo disponible y ¡llegan a pedir dinero prestado para invertir más en el mercado! ¡Justo ahora estamos en uno de esos momentos!

Cuando el indicador inferior que mide el patrimonio neto se encuentra en territorio positivo (teñido de verde) estamos en una situación en la que los inversores tienen poco dinero prestado para invertir, e incluso, son tan cautos con las bolsas que prefieren tener muchísimo dinero en efectivo dentro de sus cuentas de corretaje. Los últimos ejemplos de esto fueron en 2003 y 2009, curiosamente cuando los mercados hicieron suelo tras grandes mercados bajistas.

Sin embargo, cuando el indicador se tiñe de rojo significa que los inversores tienen grandes cantidades de dinero prestado para operar y disponen de poco dinero en efectivo dentro de sus cuentas de corretaje. Es decir, van cargados de acciones hasta las cejas. Esto se dio en los años 2000, 2007, 2011 y justo ahora.

La imagen muestra que sólo hemos tenido un momento en la historia en el que los inversores decidieron exponerse tanto al mercado: era justo en el estallido de la burbuja tecnológica en el año 2000. Las dos ocasiones anteriores con resultados de exposición alarmantes fueron en 2007 (50% de caída en el S & P 500) y 2011 (17% de caída en el S & P 500).

El problema de estos indicadores es que si bien pueden reflejar momentos de extrema tensión, pueden mantenerse así durante mucho tiempo. De momento sigo pensando que no tenemos alertas de cambio de ciclo a medio plazo, ahora bien, resulta cuanto menos curioso ver de forma tan gráfica cómo la euforia se desata en los techos quedando pillados miles de inversores, y justo cuando el pesimismo es absoluto y los inversores no tienen un centavo en el mercado, se generan grandes suelos.

¡Buenas noches inversores!

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